DICHA Y FELICIDAD PARA NUESTROS HOGARES

Hasta que uno no sienta la verdadera alegría de la Navidad, es como que ella no existiera. Todo lo demás es apariencia: muchos adornos, golpes de pecho, actos espirituales y ceremonias. Hay que entender que no son los regalos, ni la cena; no es el árbol o la chimenea, ni siquiera los villancicos o las largas novenas lo que da sentido a esta hermosa fiesta.
La Navidad es el calor que vuelve al corazón de las personas, la generosidad de compartir con otros y la esperanza de seguir adelante.
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Que el Señor bendiga nuestros hogares y los colme de los más valiosos tesoros de la familia: unión, armonía, comunicación, alegría y optimismo pero sobre todo que el amor inunde nuestros corazones para que podamos sentir la presencia de Dios en cada uno de nuestros hermanos.
¡ FELIZ NAVIDAD QUERIDOS AMIGOS !
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